La final del Campeonato del Mundo no defraudó a nadie, cumplió todas las expectativas y mantuvo en vilo al aficionado hasta casi el pitido final. El comportamiento de los jugadores, el juego, la intensidad, la potencia, la implicación de cada jugador, el árbitro, en fin, todo, fue tal y como todos esperábamos y ganó, quien tenía que ganar.
El equipo de Nueva Zelanda es el mejor equipo de la historia del rugby; cabe la posibilidad de que haya habido momentos de mejor juego en algún equipo, o que haya habido jugadores más virtuosos, pero el conjunto de calidad técnica, potencia física y rendimiento de conjunto creo que nunca se ha visto nada igual. Ganó el partido porque no podía ser de otra forma; Australia jugó muy bien, hizo todo lo que tenía que hacer pero todo parece nada contra un equipo que te placa como si fuera lo último que va a hacer, que domina el juego al pie, que tiene un paquete de delanteros capaz de arruinar cualquier defensa, que aprovecha la vertiginosa velocidad de sus centros y alas y que cuando la cosa se pone mal, además tiene fortuna.
Pero, ¿cuál es la clave para el dominio de este grupo? Yo creo que el hecho diferencial de este equipo con el resto es que salga el que salga al campo, o sea cual sea la posición en la que juegue, siempre hacen lo que tienen que hacer. Es sorprendente ver al talonador jugando como ala, pero todo tiene su explicación. Es la versatilidad de los jugadores lo que les da esa tremenda calidad y esa capacidad competitiva.
Dicho lo cual, el mejor quince del Mundial sería el Neozelandés.
Pero se han visto jugadores destacadísimos en sus puestos que serían merecedores de formar parte de una selección del “Resto del Mundo del Rugby”.
Frente al combinado All Black podrían enfrentarse Lee (WAL), Du Plesiss (RSA) y Slimani (FRA)como primeras líneas, Etzebeth (RSA) y O`Connell (IRL) como 2ª línea y Hooper (AUS), Pocock (AUS) y Warbutton (WAL) como tercera línea; Laidlaw (SCO) como medio melé, Sánchez (ARG) como apertura, de Allende (RSA) y Kuridrani (AUS) como centros; Habanna (RSA) y Cordero (ARG) como alas y Goromaru (JPN) de zaguero.
Y aunque no han ganado con sus selecciones habría que destacar a algunos jugadores que han dejado huella en este Campeonato por diferentes circunstancias, a saber:
Bergamasco (ITA) por jugar su 5º Mundial, Lobzhanizde (GEO), por ser el más joven jugador de la historia de los mundiales o Sony Bill Williams, cuyo gesto con un aficionado de 14 años, regalándole la medalla de oro al ser placado por un guardia de seguridad cuando corría a saludar a los jugadores en su vuelta de honor, pasará a la historia.
Rugby World Cup 2015, adiós. Hola Rugby World Cup 2019 en Japón.
